ART, SCIENCE and BRAIN
TWO REVIEW by Laura Bravo and Milly Gill
ARTIST STATMENT
Investigaciones científicas resientes han demostrado la relación intima que existe entre la imaginación y la realidad. Experimentos realizados por neurocientíficos nos informan, a través de imágenes de resonancia electromagnética, que cuando un individuo observa determinado objeto aparece actividad cerebral, pero cuando el mismo sujeto cierra los ojos y lo imagina, la actividad cerebral es la misma. Concluyen que el cerebro no hace diferencia entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro es tan real lo que ve como lo que imagina y siente. En Peticiones , imagina tu realidad, es una instalación transdisciplinaria, donde exploro los conceptos de imaginación versus realidad.
Peticiones es una instalación In Situ”, interactiva que consta de 100 siluetas de manos en madera pintadas con símbolos cotidianos de la vida diaria. Las manos en el piso, en su conjunto, forman símbolos laberíntico que a su vez forman espirales que representan la vida misma.
Imagina, visualiza y materializa tu realidad
El observador se convierte en actor-participante al interactuar con la instalación e imaginar con PASIÓN sus deseos y escribirlas. La voluntad del actor–participante, el cual actúa como protagonista, aporta con sus vivencias al escribir sus deseos. Una vez escrito sus deseos, debe visualizarlas con vehemencia y colocarlas entre los dedos de las manos escultóricas. Estos deseos se convierten en realidad partiendo de la premisa, que todos somos creadores de nuestra realidad según afirman teorías científicas contemporáneas. Todo lo que vemos a nuestro alrededor alguna vez fue imaginado .
Advertencia:
Cuidado con lo que imagines y escribas porque, lo que pidas, será materializado.
* Arte Conceptual Afectivo es un termino que propongo para describir mis obras de arte. “Es un arte que es conceptual en su idea, en su secuencia y estructura, pero que incluye con contundente centralidad la imagen de afecto con el símbolo y que rompe con lo puramente intelectual del concepto y abre el espacio para combinar el intelecto con lo emotivo. Esto lo convierte en más accesible, más incluyente, más activo y democrático. Es una obra conceptual en la idea y afectivo en el símbolo” .Recogido de Entrevista a Anaida Hernández por Gianina Braschi, Catálogo de la exposición Riddle Me This, What Am I?, Hostos Art Gallery, Hostos Community College, CUNY, Bronx, NY, 2001. Disponible en Amazon.com
Peticiones, imagina tu realidad, es una instalación
por Laura Bravo
El concepto clásico de artista no le hace
justicia al ejercicio profesional que lleva desarrollando Anaida Hérnandez
desde hace más de treinta años. Tras una sólida formación en pintura y en
grabado, dos medios de profunda raigambre en la plástica puertorriqueña, expande
su horizonte artístico a otras disciplinas pero con una firme recurrencia hacia
la instalación, término que, a su vez, tampoco goza de suficiente amplitud como
para catalogar el talante de la apropiación que Hernández efectúa de las salas
de los museos o del espacio público donde exhibe.
Precisamente fruto de una residencia de
investigación artística nace el germen de las Peticiones con las que
Anaida Hernández está presente en Mayagüez: un siglo de artistas. Las más
de un centenar de siluetas de manos en madera policromada, que recogen entre
sus dedos otros tantos ruegos colectivos, trazan aquí un puente entre la
iconografía personal de la artista, en cuya producción éstas han jugado siempre
un papel determinante, y su ancestral presencia en la historia de la expresión
plástica, cargadas de una intensa simbología. La hilera de manos y antebrazos
que la creadora mayagüezana dispone en el espacio expositivo es heredera de la abigarrada
composición visual y del carácter mágico de aquellas que fueron pintadas sobre
las rocas de la Cueva de las Manos, en la provincia argentina de Santa Cruz,
hace más de nueve mil años. A pesar de que su significado es aún hoy un enigma,
las manos de Anaida Hernández comparten con aquellas arcaicas huellas un
misterioso halo de atracción mística y una proyección espiritual en la
formulación de un deseo, ya sea a través de la plasmación física de la mano
humana como símbolo de unión o posesión del objeto deseado, o en su caso a través
de los cientos de papeles que así lo manifiestan en Peticiones por medio
de su enunciación escrita. Estos rollos de papel, en los que el público tiene
la oportunidad de responder a la invitación de la artista para plasmar una
petición particular por medio de palabras, tienden nuevamente un nexo con las
tradiciones de otras culturas ancestrales, al margen aquí de lazos religiosos,
como sucede con la introducción de deseos y plegarias en las grietas del Muro
de las Lamentaciones, en Jerusalén. El muro se transforma en sendero curvilíneo
en la instalación de Hernández y los espectadores encajan sus peticiones entre
los dedos de las manos multiplicadas, metafóricamente sembradas en una tierra fértil
de la que, con el riego de la esperanza y la expectativa de su cumplimiento,
brotará la materialización del deseo.
Sin embargo, Peticiones no solo plantea
conexiones con creencias místicas y religiosas, como también se han establecido
con la tradición católica de los exvotos (Tió 8). La misma artista ha marcado
otras pautas interpretativas para sus recientes obras, especialmente enfocadas
en sus investigaciones sobre la psicología y la neurología, como es el caso del
principio jungiano de la sincronicidad, que señala una conexión entre los
deseos del ser humano y fenómenos de la realidad que parecen, aunque sea
casualmente, confirmarlos (Hernández). En la línea de este planteamiento, su
instalación propone una invitación colectiva a la participación del público en
la formulación de sus deseos, pero también a poner en marcha el ejercicio, a
través del arte, del funcionamiento de la mente y de su conexión con el
universo (Hernández en Rodríguez 28). Como la misma creadora lo expresa, cada
mano representa un deseo, el cual existe porque puede pensarse y visualizarse
(Hernández en Toro).
Los espectadores se adentran en esta y en otras
de las obras de Hernández tomando parte en un rito del que tienen que descubrir
las instrucciones. El acto tradicional de observar se transforma en la práctica
de una ceremonia, en un proceso heredero de la propuesta de Marcel Duchamp sobre
la contribución del espectador al acto creativo del objeto artístico, en la
necesidad de descifrar su significado en el contexto de la realidad a la cual éste
pertenece. Los proyectos de Anaida Hernández, como sucedía en sus reconocidos Juegos
Ilegales (1998), se convierten en espacios abiertos a una interacción dinámica
a través de estrategias como el juego y el humor, que tienen como propósito el
desciframiento de los símbolos que los componen para que el espectador pueda
reconocer e interpretar la realidad que le rodea, empleando usualmente las
claves del mismo contexto en el que vive (Hernández en Braschi 21). La
interpretación de los símbolos (lingüísticos, matemáticos, psicológicos y culturales)
se convierte en un acto colectivo, en un juego de tintes semióticos, tal y como
sucede con los gestos de las manos de Peticiones, las posturas de sus
dedos y sus múltiples representaciones figurativas, de diseños simples pero de enigmáticas
referencias, que hacen de cada una de las piezas un ejemplar único. Nos
encontramos, además, ante una instalación que confirma la importancia del
recurso de las manos en la iconografía de la artista, presentes en producciones
pretéritas como La verdad y nada más que la verdad, El triunfo,
Estrategia de conjuntos o Las manos de Caíta (ver Barreras).
Cuenta Anaida Hernández que las manos de sus Peticiones
retoman el recuerdo de un episodio de su vida en el que conoce a Caíta, una
consejera que practicaba la quiromancia y la materialización de los deseos y
plegarias de aquellos que solicitaban sus servicios. Años más tarde, acabando de
llegar a la costa de la Gran Manzana, en 1988, la artista mayagüezana formularía
un deseo: exhibir su obra en el New Museum of Contemporary Art, reconocido
internacionalmente por su curaduría en proyectos artísticos experimentales (Ramírez
9). Pocos meses después, Hernández se convertía en la primera puertorriqueña en
formar parte de la agenda del prestigioso centro, formalizando uno de los
tantos logros de esta mayagüezana que convierte en éxito todo lo que pide con
sus manos.
La artista mayagüezana Anaida Hernández ha hecho una invitación personal para la exhibición Mayagüez: un siglo de artistas, que se inaugura el próximo jueves 15 de marzo en el Museo de las Américas en San Juan, en la que se incluye una propuesta suya: Peticiones, imagina tu realidad, una instalación transdisciplinaria, donde se enfrentan los conceptos de imaginación y realidad.
Mayagüez: un siglo de artistas, nace con el propósito de exponer la categoría de creadores que han resultado clave en el desarrollo de las artes plásticas de Puerto Rico y cuyo nombre y producción han estado, y están, directamente relacionados con este municipio del oeste borinqueño.
Peticiones, imagina tu realidad, es una instalación
que se exhibió, dentro del contexto de la colectiva Mayagüez, un siglo de artistas,
desde el miércoles 15 de marzo hasta el 15 de junio de 2012 en el Museo de las Américas,
Viejo San Juan, Puerto Rico.
Ficha técnica
Artista: Anaida Hernández
Título: Peticiones: imagina tu realidad
Medio: Instalación de arte, pintura, madera, objetos, collage, tierra, cinta adhesiva fosforecente.
Medidas variables: En el piso formas en espiral laberínticas 17 x 38 f, manos entre 5 x 6 x 1 " y 14" (alto).
Palabras claves: *Arte Conceptual Afectivo, mente, investigaciones neurocientíficas, imaginación, realidad, deseos.
Año: 1997 – 2012
Anaida Hernández: peticiones de manos
por Laura Bravo

El proceso creativo con el
que genera sus obras hace también de esta mayagüezana una artista que se
resiste a clasificaciones al uso (entrevista a Hernández en Soto 38). Lejos del
añoso encierro en el taller y de la legendaria concentración solitaria
practicada por los creadores plásticos, como entes aislados de las circunstancias
del entorno que les rodea, Anaida Hernández ausculta, a través de un juicio
serio e insistente, las vicisitudes políticas y sociales del mundo en el que
vive. Esta línea de trabajo, que se concentra en la investigación de la
sociedad contemporánea a través de cuestiones de género, migratorias, políticas,
legislativas, psicológicas y también científicas, la ha convertido en una
asidua invitada tanto en prestigiosos programas y residencias universitarias a
lo largo de Estados Unidos y Puerto Rico como en comunidades desfavorecidas y
de escasos recursos, donde ha sembrado magisterio y ha generado productivos
debates a través de la creación plástica.
Fuentes citadas:
-
Barreras del Río, Petra. “¿Qué se trae entre manos Anaida Hernández?”
Anaida Hernández: Fórmula secreta. San Juan: Galería La Pintadera, 22 de
noviembre - 28 de diciembre de 2002.
- Braschi. Giannina. “Interview with Anaida Hernández.” Anaida Hernández. Riddle Me This, What I am? New York: Hostos Community
College Advisory Council, 2001. 20-21.
-
Hernández, Anaida. “Yo me pronuncio maya = ilusión.” Maya. Trucos, engaños y
trampas. Mayagüez: Museo Eugenio María de Hostos, Departamento de Arte y
Cultura del Municipio de Mayagüez, 18 de septiembre - 10 de diciembre de 2007.
- Rodríguez, Jorge: “Museo Caribbean University. Sentidos y engaños de Anaida Hernández.” El
Vocero. 21 de agosto de 2010: 28-29.
-
Soto Torres, Edgardo. “Una artista más allá de formas y estilos”. Diálogo,
agosto de 2000: 38.
-
Tió, Teresa. “Anaida Hernández. Sentidos y engaños.” Anaida Hernández.
Sentidos y engaños. Bayamón: Museo de Arte de Caribbean University, 25 de
agosto - 25 de octubre de 2010: 4-9.
-
Toro, Ana Teresa. “Imaginar
la realidad.” El Nuevo Día. 25 de agosto de
2010.
-
Ramírez, Mercedes T. H. “Instalando la identidad: los juegos ilegales de Anaida
Hernández.” Revista Domingo. El Nuevo Día, 28 de marzo de 1999: 9-11.
El arte conceptual afectivo de Anaida Hernández en Mayagüez: un siglo de artistas
POR Milly Gill
por Milly Gill.
“Peticiones es una instalación In Situ, interactiva que consta de 100 siluetas de manos en madera pintadas con símbolos cotidianos de la vida diaria. Las manos en el piso, en su conjunto, forman símbolos laberínticos que a su vez forman espirales que representan la vida misma”, dice Hernández sobre su obra.
La mayagüezana cita investigaciones recientes que, según dice, han demostrado la “íntima relación que existe entre la imaginación y la realidad”. “Experimentos realizados por neurocientíficos han demostrado, a través de imágenes de resonancia electromagnética, que cuando un individuo observa determinado objeto aparece actividad cerebral, pero cuando el mismo sujeto cierra los ojos y lo imagina, la actividad cerebral es la misma”.
“Concluyen que el cerebro no hace diferencia entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro es tan real lo que ve como lo que imagina y siente”, hemos citado.
Hernández invita al observador a convertirse en actor-participante e imaginar con pasión sus deseos y escribirlos. “La voluntad del actor-participante, el cual actúa como protagonista, aporta con sus vivencias al escribir sus deseos. Una vez escrito sus deseos, debe visualizarlas con vehemencia y colocarlas entre los dedos de las manos escultóricas. Estos deseos se convierten en realidad partiendo de la premisa, que todos somos creadores de nuestra realidad según afirman teorías científicas contemporáneas. Todo lo que vemos a nuestro alrededor alguna vez fue imaginado”.
Hernández nació en Mayagüez, y mantuvo hasta hace poco su residencia y su taller de trabajo en Nueva York. Estudió su bachillerato en el CAAM y una maestría en grabado en la Escuela San Carlos de la Universidad Autónoma de México. Hernández es conocida por su trabajo en distintos medios: grabado, escultura, vídeo, instalaciones y sus obras de arte público donde explora temas como violencia doméstica, migración, seducción, el poder y los derechos humanos.
Su lenguaje artístico deriva de objetos cotidianos que discurren de lo intelectual a lo emocional. Ejemplo de ello es su instalación, Hasta que la muerte nos separe, una obra itinerante que denuncia la violencia doméstica de la que fueron víctimas unas cien mujeres puertorriqueñas en la década del 90. Dirigió y produjo la serie Dos minutos NY, 39 cápsulas de dos minutos acerca de la contribución de los latinos y puertorriqueños en los Estados Unidos. La misma se transmite por PRTV.
La también profesora ha acuñado el término arte conceptual afectivo para describir su obra que explora el intelecto y lo emocional.
“Es un arte que es conceptual en su idea, en su secuencia y estructura, pero que incluye con contundente centralidad la imagen de afecto con el símbolo y que rompe con lo puramente intelectual del concepto y abre el espacio para combinar el intelecto con lo emotivo. Esto lo convierte en más accesible, más incluyente, más activo y democrático. Es una obra conceptual en la idea y afectivo en el símbolo”, así la cita Giannina Braschi en una entrevista para, el catálogo de la exposición Riddle Me This, What Am I? de la galería de arte Hostos en el Hostos Community College, CUNY de Nueva York.
Advertencia:
“Cuidado con lo que imagines y escribas porque lo que pidas, será materializado”, concluye Hernández.