ART WOK COMMISSION
ARTIST -IN- RESIDENCE
Instalación interactiva-reactiva en colaboración con 25 inmigrantes de New York City. Coordinado por el Lower East Side Tenement Museum.
40 cajas en madera, acrílico, cremalleras, campanas, clavos, papel, objetos, linterna, tela negra.
Medidas variables: Cada cajas 14 x 13 pies x 3 pulgadas. Vista en el Museo de Arte de Puerto Rico.

Enlace: Tenement Museum New York City - NYC Museum
Raina A. Lampkins-Fielder
ARTIST -IN- RESIDENCE
Instalación interactiva-reactiva en colaboración con 25 inmigrantes de New York City. Coordinado por el Lower East Side Tenement Museum.
40 cajas en madera, acrílico, cremalleras, campanas, clavos, papel, objetos, linterna, tela negra.
Medidas variables: Cada cajas 14 x 13 pies x 3 pulgadas. Vista en el Museo de Arte de Puerto Rico.

Enlace: Tenement Museum New York City - NYC Museum
En 1999 Anaida
Hernández, fue invitada como artista residente a crear una obra en el Lower
East Side Tenement Museum, New York City. Este museo, situado en el barrio
judio al este de NYC, es un museo
dedicado a preservar la historia de las familias de los inmigrantes que han
vivido allí desde hacen 150 años.
Secretos compartidos, es una instalación de
pinturas y objetos creadas en colaboración con inmigrantes de numerosos
países que incluyen China, Italia
Brasil, Colombia, India, Italia, México, y la Republica Dominicana. Los
participantes, residentes de NYC, eran miembros del programa Englih for
Students of Other Langueges, de University Settlement House.
Entre las muchas instalaciones de Hernández, Secretos
Compartidos, es la más conforme a la estética esperada del arte conceptual. El
espectador entra a un espacio blanco y se encuentra rodeado de 40 cajas
cuadradas montadas en la pared a aproximadamente a 5 pies del piso, las cajas
cuadradas y huecas cubiertas de una tela negra clavada a los lados con clavos
de construcción y tiene una cremallera que divide la tela por el medio. En la
superficie hay poco detalle visible, lo cual intensifica la naturaleza secreta
del espacio interior. La atmósfera de descubrimiento es realzada por las
linternas que le dan al visitante al entrar a la exposición.
Aquí, como en otras instalaciones de Hernández la función del cuerpo y la participación activa del espectador son componentes necesarios que en realidad completan la obra. Se invita al espectador a abrir la cremallera de la tela negra y tirante que cubre las cajas, y a mirar su interior. El propósito de las cremalleras es tanto funcional como metafórico; dan acceso solo si el espectador decide participar. Como este tiene que estirar el material para separarlo con una mano mientras manipula la linterna con la otra, las imágenes pintadas dentro de las cajas se oscurecen parcialmente y entran y salen de foco, como si batallaran para encubrir el secreto que guardan.
Aquí, como en otras instalaciones de Hernández la función del cuerpo y la participación activa del espectador son componentes necesarios que en realidad completan la obra. Se invita al espectador a abrir la cremallera de la tela negra y tirante que cubre las cajas, y a mirar su interior. El propósito de las cremalleras es tanto funcional como metafórico; dan acceso solo si el espectador decide participar. Como este tiene que estirar el material para separarlo con una mano mientras manipula la linterna con la otra, las imágenes pintadas dentro de las cajas se oscurecen parcialmente y entran y salen de foco, como si batallaran para encubrir el secreto que guardan.
Las historias secretas escondidas detrás de la tela negra
dan cuenta de los viajes, llegadas. Y sueños de aquellos que transplantados a
los Estados Unidos. Ojos letras, números, signos interrogativos y otras
imágenes de colores brillantes, pintados bien sea por Hernández, o por los
participantes, relatan las vicisitudes
y triunfos de los inmigrantes en este país.
Como Hernández, que recientemente se mudó a New York, desde
Puerto Rico, sus colaboradores, que luchan por aprender Inglés, hallaron
comunicación por medio de la creación de símbolos de su propia experiencia.
De los muchos trabajo de la artista, tanto individual como
de colaboración, mucha de las cajas contiene símbolos enigmáticos al parecer
inescrutables que no dependen de la palabra para revelar sus sentidos. No
obstante, si nos concentramos en estos lenguajes visuales personales los vemos
desde la óptica desde sus propias historias, nos es imposible permanecer
distantes según empezamos a hacer la cartografía de distintas rutas de la
travesía del inmigrante.
Auque la colaboración con la comunidad que no tienen
experiencia previa con las Bellas Artes anima y eleva el desarrollo estético de
los participantes, es importante notar que la propia sensibilidad artística de
Hernández está siempre inconfundiblemente presente. Tiene éxito como la
forjadora de un proyecto estético en el cual todas las visiones salen a la
superficie.
Las instalaciones de Hernández son reveladoras, la artista
coreografía ambientes sociales y estéticos sobre temas filosóficos, políticos,
sexuales artísticos, quedan manifiestos para nuestra exploración y entendimiento.
Su imaginería pictográfica es la llave para descifrar lo innombrado y lo
interior para que finalmente podamos compartir nuestros secretos*
Raina A. Lampkins-Fielder
Curadora independiente, fue Directora del Programa Educativo
de Whitney Museum of American Art y actualmente es editora de la revista Some/Thing
Vive y trabaja en Paris, Francia.
* Fragmento del ensayo Compartiendo
secretos: las instalaciones de Anaida Hernández 1994-2000, del
catálago Anaida Hernández Riddle me
This, What Am I? Pag. 48-49, 2001.